Periodoncia: qué es y cómo tratar las enfermedades de las encías
Tabla de contenidos
¿En qué consiste la periodoncia y cuál es su función?
La periodoncia es una especialidad de la odontología que se ocupa de cuidar los tejidos que rodean y soportan los dientes, como las encías y el hueso alveolar. Para entenderlo mejor: igual que un edificio necesita buenos cimientos para mantenerse firme, los dientes requieren unas encías sanas y una estructura ósea fuerte.
El periodoncista es el profesional encargado de mantener estos tejidos en buen estado y tratar cualquier alteración que ponga en riesgo la estabilidad dental.
¿Qué tipo de problemas trata esta disciplina?
Se encarga de abordar desde molestias leves, como la inflamación de encías, hasta patologías más graves, como la pérdida de hueso que puede provocar la caída del diente. Su labor es conservar la estructura que sujeta los dientes y restaurarla cuando está dañada.
Enfermedades periodontales: señales, causas y consecuencias
Gingivitis: la primera señal de aviso
La gingivitis es la forma más común y temprana de enfermedad periodontal. Se manifiesta con enrojecimiento, inflamación y sangrado de encías al cepillarse. Es completamente reversible si se detecta y trata a tiempo. Suele estar provocada por una mala higiene bucodental y la acumulación de placa bacteriana.
Periodontitis: la infección se complica
Si la gingivitis no se trata, puede avanzar y convertirse en periodontitis. En este punto, la infección empieza a afectar el hueso y el tejido que sujeta los dientes. Aparecen bolsas periodontales, espacios donde se acumulan bacterias que continúan dañando la zona.
¿Qué ocurre si no se trata?
No atender una enfermedad periodontal puede derivar en la pérdida de piezas dentales, pero no solo eso. Las bacterias que se alojan en las encías inflamadas pueden pasar al torrente sanguíneo y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras complicaciones generales.
Tratamientos periodontales: cómo se corrigen estos problemas
Higiene dental profesional
Todo comienza con una limpieza bucal profunda realizada por un especialista. El objetivo es eliminar sarro y placa, creando un entorno saludable para las encías. Es un procedimiento clave para prevenir complicaciones futuras.
Raspado y alisado radicular
También conocido como curetaje, este tratamiento consiste en limpiar en profundidad por debajo de la línea de las encías y suavizar la raíz del diente para dificultar la adhesión de bacterias.
Injertos de encía y regeneración
Cuando hay pérdida de encía, puede ser necesario recurrir a injertos para cubrir raíces expuestas y recuperar la estética y función. Se emplea tejido sano del propio paciente para reparar la zona afectada.
Cirugía periodontal
Cuando las bolsas son muy profundas o el daño óseo es severo, se puede requerir cirugía. Este tipo de intervención permite eliminar tejido dañado o regenerar parte del hueso perdido.
Uso de antibióticos y otros tratamientos complementarios
En algunos casos se recurre a medicamentos —orales o aplicados directamente en las encías— para combatir la infección. También pueden utilizarse técnicas complementarias que favorezcan la cicatrización.
Prevención y cuidados para evitar enfermedades periodontales
Claves para una buena higiene bucodental
Una correcta rutina diaria es esencial: cepillado después de cada comida, uso del hilo dental o cepillos interdentales y colutorios específicos cuando sea necesario. La constancia es la mejor aliada para mantener las encías sanas.
Factores que aumentan el riesgo
Fumar, tener diabetes mal controlada o ciertas alteraciones hormonales pueden hacer que seamos más propensos a padecer problemas de encías. En estos casos, se recomienda extremar los cuidados y realizar revisiones más frecuentes.
¿Cuándo acudir al periodoncista?
No hay que esperar a tener dolor. Ante señales como sangrado, inflamación, mal aliento persistente o dientes que parecen moverse, es fundamental acudir al especialista. Detectarlo a tiempo marca la diferencia en la efectividad del tratamiento.